Alrededor del 75% de los vehículos que circulan por la ciudad son motores de combustión interna y, por tanto, se ven relacionados por la medida que afecta que algunos coches no puedan circular en 2023. En otras palabras, las restricciones de movimiento comenzaron con los modelos más antiguos y contaminantes.
¿En qué consiste la idea de que los coches que no podrán circular en 2023?

La Ley de Cambio Climático, que entró en vigor en mayo de 2021, requiere que las ciudades con más de 50.000 habitantes adopten planes de transporte sostenible que incluyan zonas de bajas emisiones para 2023.
Según el censo permanente de 2021 de la Oficina Nacional de Estadística, hay 149 municipios con una población de más de 50.000 habitantes. Así como problemas de calidad del aire en zonas insulares y municipios con una población de más de 20.000 habitantes.
Sin embargo, ahora es mucho más. Nada más acertado que restringir que determinados coches no puedan circular en 2023. Hablamos de una medida que pertenece a una serie de normas que limitan el nivel de emisiones de dióxido de carbono y de contaminación. Y parte de su responsabilidad recae en el tráfico rodado.
Es muy importante informarse bien para no tener problemas a la hora de acceder a ciertas ciudades, sobre todo en su zona central. Ya que la pegatina y la clasificación ambiental dependen del país donde está matriculado el vehículo.
La ley y su relación con la contaminación
Como resultado de los coches de combustión que usan diesel, se ha observado un aire contaminado y sofocante en las principales ciudades españolas. Así como preocupaciones sobre el inminente cambio climático en las áreas circundantes.
Las ciudades con los mayores problemas de contaminación han tomado medidas para reducir la cantidad de gases nocivos en el medio ambiente. Y estas medidas tienen un efecto notable en los dueños de los coches.

Por ejemplo, el plan central de Madrid es muy conocido porque crea un espacio al que solo pueden acceder coches con etiquetas C o B, con algunas restricciones. Y vehículos etiquetados como ECO o Cero Emisiones. El resto de vehículos sin etiquetado de la DGT no podrán circular.
Este trabajo debe integrar tecnologías innovadoras en los sistemas de transporte existentes y garantizar que los beneficios de estas nuevas tecnologías puedan explotarse. Como el mejorar la seguridad vial y el desempeño ambiental de los vehículos en circulación, reducir la congestión y potencialmente habilitar nuevos modos de transporte para la población.
Coches que no pueden circular en 2023
Para los coches sin etiqueta de la DGT, a partir de 2023, también se impondrán algunas restricciones a los vehículos con etiquetas C y B de combustible diésel y gasolina. Más que solo alternativas de combustible, los combustibles fósiles funcionan con energía renovable. Lo que permite a las ciudades tener una flota más grande de vehículos híbridos y eléctricos.
La etiqueta ecológica para las categorías de pasajeros y camiones ligeros no se aplica a los motores de gasolina antes de 2001 ni a todos los motores diésel hasta 2006.
La solución para poder circular en 2023
A partir del próximo año 2023, además de los límites de población marcados por la legislación climática, se crearán nuevas zonas de bajas emisiones en unas 150 ciudades de España. Se están elaborando reglamentos técnicos para abordar la conectividad y la automatización de los vehículos.
Con eso en mente, y programadas para 2023, estas zonas de bajas emisiones LEZ, por sus siglas en inglés, comenzarán a construirse cuando las leyes sobre el cambio climático entren en vigor. Y limitarán el libre comercio para las tres cuartas partes de los automóviles, según estimaciones de MSI.

Pero, además, algunas ciudades de más de 20.000 habitantes harán lo propio. Según la Oficina Nacional de Estadísticas, estas ciudades se verán afectadas en 2023, con 25 millones de habitantes, o el 53 por ciento de la población de habla hispana. Los únicos vehículos que no se verán afectados negativamente son los híbridos y los eléctricos.
Como buena solución, se cree que aumentará el alquiler de coches a largo plazo, también llamado leasing. Que es la única opción para acelerar significativamente la electrificación. Y, así, reducir costes y niveles de emisión contaminante por la medida de que este tipo de coches no puedan circular en 2023.
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